07 May 1986
El músico y cantante escocés ha vuelto a Barcelona después de diez años
Desde 1968 en que publicó sus primeros discos, John Martyn se ha acreditato como un valor sólido de la música pop británica, evolucionando constantemente en el curso de una ejecutoria solvente que ha contado siempre con un firme respaldo popular.
En dieciocho años de profesión, John Martyn (o Iain McGeachy que es su verdadero nombre escocés) ha estado siempre de actualidad sin alcanzar un éxito demoledor, de estos de "número uno" mundial, y por encima de su cabeza ha visto elevarse muchos artistas convertidos en estrella de la noche a la mañana, para desaparecer poco después en las brumas del olvido. "Si a un músico se le olvida es que no es bastante bueno para ser recordado. Son las estrellas fugaces. Son productos de la propaganda y hay mucha gente implicada en estas operaciones: productores, editores, 'managers', etc. A la industria le interesa crear una constante rueda de novedades para la música joven, como medio de hacer girar el negocio..."
No obstante, parece que se invierte mucho en productos poco justificables... "Esto es lo malo. Observe ahora mismo cómo se están gastando una fortuna en promover una cosa tan ínfima como Sigue-Sigue Sputnik. Este tipo de inversiones ha ocasionado un grave descenso de los promedios de calidad, que nunca habían sido tan pobres como ahora. A mí me parece evidente que el dinero de promoción gastado en productos de calidad es siempre mucho más rentable, durante más tiempo."
En los productos británicos del ambito pop se da generalmente prioridad a la imagen sobre la música. "Este es otro factor que contribuye a los descensos de calidad musical y es que en mi país, la moda, los vídeos, los discos, están controlados por el mismo capital. Así se lanza la moda de los pantalones Duran-Duran y todo esto. En Norteamérica, la música es lo que cuenta porque allí existen escuelas, como la Berkeley de Boston, que imponen unos mínimos, mientras que en Gran Bretaña sólo se puede estudiar clásico. Es un motivo verdaderamente primordial. En mi país las estructuras son demasiado tradicionalistas y la innovación ha de funcionar sin respaldo técnico."
Es una opinión muy reconfortante para los músicos de Barcelona, donde existen como mínimo tres importantes escuelas de música actual como las que John Martyn echa de menos en Gran Bretaña. "En mi próximo disco -añade John Martyn- pienso colaborar con músicos americanos tan interesantes como Charlie Haden, Ry Cooder, Jimmy Keltner, y otros."
Escocés militante, insatisfecho con sus propias obras por más que tengan éxito popular, lo que le mueve a la constante renovación, no es la primera vez que actúa en Barcelona, ya que hace diez años actuó en un festival multitudinario. "Recuerdo que era una promoción de un partido de extrema izquierda, maoista o algo así. Yo no estoy en esta línea, pero fui contratado y actué y todo estuvo muy bien. Yo no soy hombre de partido, pero mi inclinación es socialista, y siento mucho tener que decir que abomino del gobierno que sufrimos en Gran Bretaña que, además, para Escocia, ha sido fatal. La señora Thatcher ha arruinado Escocia, donde se ha implantado la segunda generación de parados en las mismas familias y ha incrementado la desolación, la delincuencia y el malhumor general. Hubo un tiempo en Escocia un partido nacionalista que hizo concebir esperanzas y logró un cierto apoyo popular, pero sus líderes demostraron poca preparación y exceso de radicalismo, con lo que su gestión fue desaprobada y perdieron el favor popular."
Al cabo de diez años de su primera visita profesional, a John Martyn le sienta bien volver a Barcelona y hablar de su Escocia...
sitenote:
La Vanguardia is a prominent Spanish newspaper based in Barcelona. This story appeared in the edition of Wednesday 7 May 1986 with a photograph by Guillermina Puig on page 50.